Hola Amiguitos y amiguitas en
honor a la verdad tengo que decir que es la primera vez que escribo un post en
este nuestro blog, hasta ahora lo hacia mi querida mujer, por varias razones.
La primera y obvia es que ella escribe mucho mejor que yo, la segunda, tengo que
reconocerlo fue por pura pereza.
La verdad es que me apetecía mucho escribir este Post
de Filipinas, por qué??. Pues porque este país (sin menospreciar a los demás
países visitados) me ha enamorado. Primero por su gente, los habitantes de estas
7000 islas hacen que te sientas como en casa, la calidez de su gente hace a este
país único, son gente muy amable, bondadosa y de una increíble calidad humana.
Segundo por sus playas, por todos es conocido mi pasión por las playas y el
mar, pues este país reúne todo esto y más, playas idílicas de arena blanca y
aguas de un verde esmeralda que hacen que estés en el mismísimo paraíso. Y si a
esto le sumas fondos de coral donde bucear se convierte en una auténtica
delicia estás uniendo 2 factores indispensables para que este lugar se
convierta en el paraíso en la tierra.
Bueno ya no me voy a enrollar más
y voy a ir al grano.
Desde nuestro nostálgico Phuket
emprendíamos rumbo a Manila con parada en Kuala Lumpur. Desde Manila volamos
directamente a Puerto Princesa, la capital y vía de entrada de la isla de
Palawan. En Puerto Princesa visitamos un río Subterráneo que es Patrimonio
Mundial de la Humanidad, “premio” justificadísimo. Este río se adentra en la
isla de Palawan dejando tras de sí cuevas kilométricas infestadas de
murciélagos, estalagmitas de 5 metros y animales que solo se pueden ver en
estas increíbles cuevas. Esta aventurilla al centro de la tierra se convierte
en visita obligada si se pasa por esta espectacular isla. Palawan nos
sorprendió por su vegetación y su exuberante naturaleza.
Tras 7 horas de interminables y
serpenteantes carreteras nos plantamos en El Nido. Esta comunidad (no se puede
llamar pueblo) está ubicada al norte de la isla de Palawan. Calados hasta los
huesos dejamos nuestras mochilas en el hotel y nos dispusimos a recorrer este
curioso lugar donde pasamos unos mojados 2 días y en compañía de 2 buenos
amigos españoles (Felipe y Rina).
Buscando el buen tiempo decidimos
volar hasta otra isla (Cebú). Cebú capital se convirtió en nuestro centro de
operaciones para visitar las Visayas. Las Visayas están enclavadas en la parte más
occidental de Filipinas eso les otorga un clima tropical y cálido casi todo el
año. Con el buen tiempo de compañero de viajes nos dispusimos a visitar una de
las islas más maravillosas en las que hemos estado, la Isla de Siquijor. Así
que dejamos atrás Cebú y después de 7 horas de barco hacemos tierra en una
pequeña isla situada al sur de la isla de Cebu, entre Negros y Leyte (ya lo
estáis buscando en google maps)
En Siquijor pasamos 5 días,
recorriendo la isla de punta a punta (en moto) y bañándonos en cascadas
naturales de una belleza inexplicable. Después de esos 5 días y con más ganas
de playas cogimos un barco hasta Dumaguete (Dumaguete es la ciudad principal de
la isla de Negros) de ahí cogimos un avión que nos llevaría nuevamente a Cebu
(nuestro centro de operaciones).
En Cebú hicimos noche y al día siguiente cogimos un
destartalado autobús que después de 4 horas de viaje, nos dejaría en Maya, el puerto principal desde donde partiríamos a
la Isla de Malapascua (al norte de la isla de Cebú).
Y aquí estamos, en Malapascua.
Esta isla se ha convertido en
nuestro paraíso particular. Llevamos casi una semana afincados en este pedacito
de cielo. Esta isla es conocida mundialmente por los buceadores de todo el
mundo por el gran tiburón zorro. Este extraño tiburón vive en las profundidades
oceánicas y es muy difícil verlo, de hecho Malapascua es el único lugar del
mundo donde se pueden avistar estos curiosos y espectaculares animales, pero en
Malapascua el tiburón zorro ha encontrado su hábitat perfecto. En una zona muy
específica de Malapascua y a 25 minutos en barco existe una zona en medio del
mar llamada Monad Shoal, para que lo entendáis esto vendría siendo un centro de
estética submarino. Del lecho marino (de 200 metros de profundidad) se alza una
plataforma calcárea que alcanza los 25 metros de profundidad y esto hace que
los tiburones zorro acostumbrados a vivir a gran profundidad suban hasta los
25/30 metros de profundidad donde millones de peces les limpian y les quitan
las pieles muertas.
En
Malapascua hemos hecho 4 buceos cada uno, 8 en total y a cada cual más
espectacular, el disfrutar tanto de esta pequeña isla y de sus profundidades,
en gran parte se lo debemos a nuestra instructora Irati y a su compañero Rubi,
quienes nos han guiado por las maravillas acuáticas de Malapascua y nos han
enseñado a su gran protagonista, El tiburon Zorro. Recomendamos que visitéis su
página web (www.buceomalapascua.com)
para conocer más sobre este pedacito de
cielo en la tierra llamado Malapascua.
Una imagen vale más que mil
palabras así que aquí os dejamos algunas fotos hechas por Irati
Pedrito!!
ResponderEliminarEn la foto de más arriba pareces Fran de la Jungla!! jaajja!!
Muchos besos a los dos y a seguir disfrutando de este pedazo viaje!
Stef